El chiringuito está muy bien montado. Las administraciones mastodónticas, ejércitos de asesores y empleados públicos en cada una de las Comunidades Autónomas frenan cualquier posibilidad de cambio. Por lo que se intuye en medios afines a las pseudoideologías de PP y PSOE, Rajoy y Pedro Sánchez están bastante tranquilos. Es notoria además la incertidumbre de las encuestas que dicen poco o nada de lo que podría sueceder.
El chiringuito se llama Administración Pública, Comunidades Autónomas, Diputaciones y una evidente falta de actitud autocrítica dentro de unos partidos que siguen apostando por la regeneración democrática con Rita Barberá y Esperanza Aguirre. Ahora me cuentan que Felipe González aparece para cerrar la campaña del PSOE. Podemos ha muerto de éxito, como predije, y Ciudadanos no tiene estructura de partido nacional que podría haberle prestado UPyD, porque los personalismos son fatales como que te quemen las mechas en la pelu antes de una boda.
Pinta mal la cosa, pero estad tranquilos. Pese a las mayorías, pese al bipartidismo, pese a los recortes, pese a las Comunidades Autónomas, pese a Artur Mas, pese a Juego de tronos, pese a Messi, la ola arrasará con todo, la ola de los impagos y la deuda pública será terrible y de nada valdrán los feudos ni los asesores, ni los familiares de los asesores, elegidos a dedo para desempeñar funciones varias como fotocopiar o rascarse las meninges inferiores. La ola será como esa plaga que asustó al propio Moisés y todo será un mal sueño para entrar en otro peor. Ellos lo saben.
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