miércoles, 28 de octubre de 2015

No es malo ser de derechas pero el PP ha traicionado ese sentir de la política



   La falta de autocrítica en los medios de comunicación afines a la derecha parece negar la evidencia del fracaso. Habrá otros intereses que mueven a estos tertulianos a vilipendiar una y otra vez a los dirigentes de Podemos, pero intuyo una clase de decepción personal en estos periodistas y columnistas que aún tratan de justificar la pérdida masiva de votos por una revolución judeomasónica incubada desde la Transición .

   Lo verdaderamente triste es que muchos votantes conservadores, católicos, y cuyos actos en su vida personal han sido gobernados por la moderación, la austeridad y la moral, se ven huérfanos de una representatividad política que los ha traicionado con los frecuentes casos de corrupción. Ser de derechas no es malo, pero hay derechas que las carga el diablo y gran parte del PP pensaba que estaba legitimada a regentar la verdad dogmática de la fe y al mismo tiempo a corromperse sin que no hubiese ninguna clase de represalia.

   Me crié en una familia católica que votaba, según venían los tiempos, a la derecha o a la izquierda. Siento pena por mis padres y por tantas gentes que creen firmemente en el mensaje evangélico de Cristo y que, de repente, comprueban a su alrededor que el fariseísmo y las corruptelas han minado sus vidas y la esperanza de sus hijos. Qué terrible. Mal lo tienen también muchos creyentes de izquierda, si no se soluciona rápidamente el problema andaluz. Malos tiempos para la lírica y malos tiempos para la fe.

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