miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Podemos confiar en el actual líder del PSOE?

Pedro Sánchez o la sombra de ZP




No me fío de Pedro Sánchez porque veo demasiado marketing detrás de su persona, un postureo reconocible en los últimos años de ZP. Hay un halo de maniquí y de gesto demasiado estudiado que me recuerda también a Obama, pero Obama no tiene casos ERE ni una señora feudal que, en breve, a poco que los resultados no sean favorables en las generales, querrá dar el salto a la Moncloa.

Pedro Sánchez es un Ken, de generación Barbie Cool, demasiado guapo, demasiado cercano, demasiado smart y trending, y otros adjetivos en inglés que acaban en -ful. Lo que más me molesta de Pedro Sánchez no es Pedro Sánchez, sino su programa político, que sigue siendo irrelevante en temas claves como la educación o el mapa político. De hecho, su federalismo me suena a la alianza de civilizaciones de Zapatero y yo odié profundamente aquella boutade de ZP que costó millones de nuestros impuestos mientras la educación pública seguía en barrena.

Pedro Sánchez es un Hacendado político, una marca pura, light, descafeinada, sin defectos, que viste bien, que huele a colonia desde que se acuesta hasta que se levanta y cuyo postureo le lleva a telefonear a Jorge Javier Vázquez cuando se le levantan en armas los ecologistas.

No sé, pero me temo que la marca PSOE casi ganará las elecciones, porque Rajoy es el juguete roto de Aznar y el "Luis, sé fuerte" lo lleva grabado a fuego en la frente cada vez que mira con sus pupilas vacías. Podemos morirá de éxito, así que el Rivera lo tiene fácil, si aguantan algunos de sus ediles que ha cargado el diablo y que están colocados en ayuntamientos y diputaciones.

Veremos lo que pasa con Pedro y con sus asesores flow, y con Pablo, y con Alberto, y con Mariano. Pero todos se parecen, todos tienen marca y mucha mercadotecnia. Rajoy no, porque Rajoy ya no es joven ni se parece a Kortajarena.

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