Monedero, Iglesias y Errejón. |
Después de explicar sintaxis en los anuncios de la Coca Cola a mis alumnos de Bachillerato, me encuentro con las portadas de algunos periódicos donde Monedero, como si de un legendario apóstata se tratara, se arrepiente de los suyos y declara que su fe no pertenece a esos hombres que piensan más en la televisión que en hablar a los círculos.
Monedero aún no se ha enterado de la película. Ningún hombre está libre de su propio ego, ningún hombre está libre de ese extraordinario momento en que te recuestan en un sillón para maquillarte antes de salir al plató, ningún hombre está libre de la vanidad, porque la vanidad tiene mucho de consumismo y el consumismo es adictivo y, al final, como predije, el mayor enemigo de Podemos es el propio Podemos, y morirán de éxito.
Desconozco los entresijos de estos desacuerdos, pero Podemos pensó tanto en las estrategias de comunicación que al final pueden llegar a joderlo todo. Porque la publicidad de la Coca Cola solamente es alcanzable por la Coca Cola, donde se te ordena que "destapes" la felicidad y eso es lo que ha hecho Monedero y el resto de los suyos. Han destapado la felicidad de una sociedad que ahora no entiende qué ocurre dentro del partido.
Hay una voluntad de mal que se nos escapa en todo esto, como si se tratara de un relato norteamericano. El mal existe por encima de cualquier decisión y de cualquier inteligencia. Recuerdo a Faulkner. No se han percatado de que el marxismo, en estos instantes, también es una marca, un logotipo de usar y tirar, como el propio capitalismo, porque todo es especulable, todo tiene un precio. Todo. Hasta las personas que cosen los balones que compramos a nuestros hijos, hasta los libros de filosofía neomarxista, hasta las camisetas del Ché, y, aunque seas un partido que quiere reventar el sistema y, en parte lo ha hecho, te conviertes también en un producto que todos queremos consumir y al final, estimado Monedero, no se trata de tener discrepancias, sino de que el mercado ha hecho posible, sibilinamente, que todo tenga un valor económico y que todo acabe estropeado como esas modas que pasan. Así que... atentos.
Los celos, las disensiones y los correveidiles funcionarán bien en la tele, como si se tratara de un melodrama venezolano. De entrada, Juan Carlos Monedero, el número tres de Podemos se va del partido. "Le he presentado a mi amigo Pablo la dimisión en la dirección. Siguen firmes mi amistad con alguien tan grande y el compromiso con Podemos", dice en Twitter. "Es enormemente doloroso", dice Pablo Iglesias, sin compartir las reflexiones de su hasta ahora número tres, que acusa a Podemos de "parecerse" ya a los partidos de la casta...
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