Les da igual perder o ganar. El PP sabe que la deuda pública solamente es subsanable desmontando el aparato burocrático de clientelismo y empleo público. El PP sabe que la deuda de esta nación y la miseria de muchos solamente es subsanable desmontando el Estado de las Autonomías. Pero, al igual que los socialistas, no se van a atrever, porque el voto cautivo de este chiringuito asegura el bipartidismo.
Las plataformas ciudadanas han castigado duramente al PP, porque la corrupción y la falta de sensibilidad social han sido de tal exhibicionismo que resulta hasta pecaminoso referirme a estos asuntos de nuevo. Los consejos de Arriola le han ido mal al presidente y el estigma de Ancelotti lo tiene grabado a fuego en la piel. El PP y el PSOE saben que nada va a quedar en pie cuando se deje de fabricar dinero y que lo mejor es que cada uno se asegure su futuro particular y el de sus nietos para que el tsunami no los arrastre.
Yo era de los que pensaba hace años que la derecha no tenía por qué ser clasista, como había estudiado en otros países europeos donde la Justicia funciona ipso facto contra la corrupción. Inglaterra, a la que íbamos a emular en la intención de voto, es un referente. Madre mía, qué visión. Lo peor está por llegar desde el punto de vista económico y me da que van a quemar las naves hasta donde puedan, porque la regeneración democrática sigue pasando por Fabra, Cospedal y Rita. Aquí paz y después gloria.
Por cierto, cada vez que sale Floriano en la tele sube el precio del pan.
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