Reseña | Fuente: Milinviernos |
Si algo demuestra el talento en un ensayo, es su maleabilidad para contar las cosas y, en el caso de Las damas de la Moncloa, la autora consigue sutilmente un análisis político de nuestra democracia a partir de la historia de las esposas de todos los presidentes de Gobierno. No recuerdo que alguien haya hecho algo así antes.
El texto de López de Celis, en Espasa, se aleja del anecdotario y del amarillismo -al que nos tienen acostumbrados muchas publicaciones hagiográficas de políticos- para analizar los tiempos sombríos y dichosos de cada Gobierno. Basculando perfectamente entre la objetividad y el punto de vista personal, se profundiza en el intimismo psicológico de las primeras damas como motivo de revisión histórica de nuestra democracia, sin caer en el insaciable chismorreo de la prensa rosa: “Me consta que Felipe González igualmente respetó siempre las decisiones de Carmen respecto a la forma de afrontar sus obligaciones como consorte del presidente del Gobierno (…) Nunca disimuló que no le gustaba lo más mínimo el papel de esposa de primer ministro y se empeñó en preservar su propia identidad (…) Las críticas le llovieron desde una derecha rancia y anticuada que quería ver a la esposa del nuevo presidente como otra “señora de” (pág. 123).
María Ángeles López de Celis ha formado parte, durante treinta y dos años, de la Secretaría de cinco presidentes de Gobierno y esa experiencia personal se invierte en una reflexión humana sobre las mujeres que han acompañado a los diferentes presidentes, sin olvidar, al principio de su ensayo, las dificultades sociales y políticas a las que tuvieron que enfrentarse, especialmente, los gobiernos de Suárez y Calvo Sotelo.
Considero que la obra es excelente por su dinamismo expositivo y por la concisión de sus párrafos donde se relaciona la anécdota con una visión política profunda sobre acontecimientos cruciales en el desarrollo democrático de nuestra convivencia: “A José María Aznar le costó asumir el varapalo que propinaron las urnas al Partido Popular y la estigmatización de sus siglas en el dramático contexto electoral del 14-M. durante un tiempo apareció en público desconcertado y resentido por el inesperado y traumático desalojo del Gobierno” (pág. 188).
Además, la autora coloca inteligentemente algunos aspectos cotidianos de la vida matrimonial de estas parejas desde un enfoque irónico, evitando las deformaciones tan flagrantes del sensacionalismo. Esa sinceridad con el argumento de lo histórico y ese compromiso por recordar solamente lo que es justo y necesario de la vida privada de estas mujeres (poco destacadas en los ensayos históricos recientes) constituyen un trabajo documental excepcional, de amable lectura, y no exento de un tono divulgativo.
Destacaría la valentía de algunos comentarios acerca de determinados rasgos psicológicos de los últimos presidentes y esa implícita decepción que López de Celis manifiesta al final de su ensayo; reconoce una devaluación moral en la responsabilidad política de los gobiernos de Aznar y Zapatero frente al rigor y a la pericia de los presidentes anteriores donde sus mujeres estuvieron a la altura de las circunstancias: “No sé si Adolfo Suárez fue imprescindible, pero lo que sí sé es que siempre será un gran español. Y si junto a un gran hombre hay una gran mujer, Amparo Illana fue la mujer que el presidente del Gobierno de la Transición necesitaba a su lado en aquella España a caballo entre lo viejo y lo nuevo. Su imagen se correspondía con la de cientos de miles de españolas que, habiendo vivido el franquismo, sin ninguna aspiración de cambio significativa, tuvieron la inteligencia de intuir que la sociedad avanzaba y que ellas eran parte importante de esa sociedad en evolución (pág. 65)”.
La escritura de este ensayo no es solamente la descripción de ese retrato intimista de nuestras primeras damas, sino que López de Celis, a partir de ese motivo documental, construye un texto mucho más complejo, pues los interiores de la Moncloa nos permiten reconstruir aspectos fundamentales de la Historia de España. Y ahí está el logro del ensayo en cuanto a contenido y a estructura.
Enhorabuena por este trabajo, Mª Ángeles.
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