Alimentas comadrejas bajo la cama para fabricar tus propias fantasías. No te gustan las tierras vírgenes ni las metáforas visionarias que una profesora se empeñó en descifrarte. Maldigo a los intérpretes yo también. Has visto a un señor parecido a Kafka frente al palacio de los Bruhn. Quería hablar contigo de los viejos tiempos y de los hábitos de algunos marsupiales. Y ese señor no sólo se parecía a Kafka, sino también a aquel pastor que buscaba una higuera idónea para colgar las pieles y a quien le pagara un generoso estipendio. A veces pienso que los ojos de Kafka no distan mucho de los ojos de esas comadrejas que se sientan a tu mesa a bendecir los alimentos más sanos y todavía vivos. Hoy no tienes miedo a las alturas.
Trabajo artístico de Ahn Juhn |
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