Las cuerdas aún no se han hundido. Lo que sobrevive, más que la luz, es el rescoldo entre los espacios. Has probado a caminar por los mismos derroteros, pero algunos concluyen en el río. No podrás refugiarte más adentro porque son remotos aquellos desechos que alimentan a las alimañas. Desconozco el nombre de ese árbol donde se reunen las sombras y el del mar que atrajo a los enfermos.
Foto de José Gálvez Pujol |
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