Me has tendido la mano y hemos callado. Lo más excitante ha sido el silencio que ocupa el vacío entre los que allí nos citábamos. No quieras convencerme de que éramos felices. Se ha quebrado el rastro que anida en las palabras. Solamente me excluyes si el viento, o las mareas, a veces sostienen todo lo que contemplas. No éramos ni siquiera lo que ahora olvido.
Fotografía de Inés Ormazabal |
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