No quedan caudalosos ríos, pero el éxtasis subyace en la velocidad de la luz. Persisten las magnolias en el jardín de nuestros padres. El niño que yo era retira los alimentos y juega en los campos de alfalfa. Las barracas se hunden en los anegados huertos. El rescoldo del crepúsculo resucita las formas que jamás existieron después de los aludes. El hielo ha quebrado mi mano y la escritura la ausencia de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: