Aspiras el humo del sándalo. Todo es terrible a tu alrededor. Aún no has llenado la bañera y la sangre se derrama por mi boca, sangre que sigue a la corriente de tu sangre. Piedra que has de morder mañana para que los pingüinos sigan rezando en el tempo. Vítreas venas ascienden por mi cuerpo. Soy la estalactita y tú eres el margen del desquiciamiento.
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