Dedicado a J. A. Cayuelas y a su hijo Diego
Lucharemos contra la rompiente. Deja que el flujo o imagen, o resto, de tu cuerpo ceda al curso de las ondas. No somos esa nada que sobrevive bajo las piedras, firmes, rotundas. Solamente el resuello tras el vapor de la ciénaga basta para que confundamos esta vida con otro sueño.
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