Un relato para mis alumnos
A mis alumnos de Segundo A
Resistir en este tiempo en el que las granadas florecen bajo la luz que eleva todo. Dejad que algunos versos de Neruda os asistan en los momentos difíciles y que la certeza de estar vivos pueda más que cualquiera de los fracasos. Ser sensible es una forma de sobrevivir a la oscuridad de un pensamiento. Habitamos la claridad en los textos que leímos en los libros mientras el tiempo en la naturaleza transcurría ajeno a ese simulacro.
¿Quién no os ha dicho que un aula no es la cueva de Chauvet? Cada uno de nuestros rostros es una de esas sagradas pinturas que observaron el caos de sus propios enigmas. La literatura revela lo frágiles que somos, la conciencia de sabernos perdidos en un mundo que, sin embargo, necesitamos para seguir escribiendo nuestro particular libro.
Creed en la incertidumbre, en las palabras inexactas, en el dolor de aquel peluquero que nos contaba la severa crudeza de tiempos tan oscuros como los que vivimos. No estudiéis por vosotros, sino para que vuestro conocimiento ayude a los que nada tienen y nada saben.
Que no nos importe estar agotados, porque al final sucede como en esa canción de Lorde: seremos capaces de conducir Cadillacs en nuestros sueños.
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