Denise Milani, modelo checa. |
Circulan miles de fotos de ella por la web. El erotismo de su posados roza lo porno, lo explícito de un lenguaje que se agota en sí mismo cuando no alcanza más allá del estímulo de nuestra libido. No hay poesía ni lirismo en sus reportajes porque no es una mujer delicada y etérea como las que pintara Muncha.
No importa. Denise Milani es arrebatadora y sus senos desproporcionados muestran nuestro afecto por la metáfora, por la hipérbole, por lo mastodóntico. Como si necesitáramos el exceso para encontrar la satisfacción de la fantasía, pero no es satisfacción, es insatisfacción lo que nos mueve a desearla, como el hambre depredadora del obeso, como el ansia enferma del adicto. Hay auténticos debates incendiarios en muchos foros sobre si los pechos de Denise Milani son operados o naturales, lo que demuestra cuán desquiciada está nuestra sociedad, donde la mujer es volumen y carnaza, y, sin embargo, ella se deja porque gana un pastón gracias al baboseo, a las incontables cajas de kleenex de algunos voyeurs y al comentario obsceno. Cada uno de esos estigmas incrementa en progresión geométrica su cuenta corriente.
No es a Denise Milani la que vemos haciendo aerobic en el gimnasio con un top que está a punto de reventar. Las redes están atiborradas de muchas Denise Milani, que exhiben su lencería fina y sobre las que se escribe incluso una biografía elegante y llena de portentos; su inteligencia, sus licenciaturas, sus idiomas. Como si lo importante no fuesen sus senos ingentes, sino su preparación y su mundo sentimental o espiritual.
Vivimos en este mundo confuso que, entre otros muchos males, se alimenta de sueños homicidas y de mujeres como Denise Milani que hacen de su cuerpo un territorio infestado de petróleo. Los discursos racionales se han acabado y la libido, lo instintivo, priman con elegancia gracias a un número de tarjeta de crédito.
Sí, así es. Soy un ser desquiciado, Denise. Perdóname.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: