En los oscuros pinos se desenreda el viento y fosforece la luna

Cartas a Marta, Mundiario

Lésbico en un anuncio de Desigual.

   Deja que nos abracemos y que el sol fluya por nuestras venas. No soy el leopardo al que temes ni el sueño oscuro donde un barquero te acaricia los párpados. Solamente este deseo merece la pena no cumplirlo porque, cuando te apartas de mí con indolencia, mi corazón palpita y mi cuerpo, lleno de sangre, quiere volar o enredarte. Los poemas son una excusa para que los amantes no se teman. Porque hay miedo y rencor cuando el beso no es correspondido de la misma forma que el crepúsculo abarca las estatuas del jardín. Cuando tus dedos acarician mi lengua, cada hueco es un mundo que se sostiene bajo el impulso. Parecemos eternas, pero es nuestra mortalidad la que nos eleva a ser furtivas de la realidad durante este breve tiempo.