Descansa por fin. La evasión es un lento río que fluye hacia el pasaje de la noche. Nada sobrevive a esa quietud que reposa sobre los ojos de los infieles. Rezas para callar los versos de Catulo: "Cenarás bien en mi casa, Fabulo mío, uno de estos días, si te ayudan los dioses y si te trajeres una buena y abundante cena, no sin una linda moza, vino, digo, guapo mío, cenarás bien; porque la bolsa de tu Catulo está llena de telarañas". Una mujer ha bendecido el pan y la puerta, al cerrarse, la ha excluido de tus visiones últimas.
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