Escribí en varias ocasiones sobre Poniente, de Miguel Veyrat. Con el tiempo, no he dejado de pensar que la metáfora de aquellos versos es una inmersión en un mundo in-creado, creado desde la ausencia de todo para crear todo, y las palabras que suceden en cada poema no existen como tales palabras, sino como estímulos de palabras que vendrán, con otra plenitud, sin desazón, para comprobar que nuestra existencia no es caduca. Un abrazo a Miguel Veyrat.
Parada, de José Gálvez Pujol |
¿No es lo que dices Manuel, lo que podría definir un poeta del amor? Dices: "palabras que vendrán, con otra plenitud, sin desazón, para comprobar que nuestra existencia no es caduca." Extraordinaria síntesis de un poeta, un maestro como Miguel, que alcanza para sí esa plenitud para que algun dia sea de todos.
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Tienes mucha razón y así es la poesía. Miguel conjuga muy bien el sentimiento con la técnica.
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