Por qué me regalaste los intestinos de Frederick. No me interesaba ese acto poético con el que intentabas destacar dentro del grupo de marionetas amorfas. Soy lo que queda de la luz y del verso de Whitman. Una metáfora incesante para ilustrar algunas instrucciones de crecepelo o arma para el suicidio. No me quieras tanto y dale recuerdos a Frederick cuando lo entierres, no lejos de este patio. No me seas infiel con Bjork.
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