No has querido convencerte de que los árboles caminan en ocasiones. Los perros que te guiaron hasta aquí, Lisa, eran los perros que empujan sus sombras al fondo de los barrancos. Un coche azul ha desaparecido, el mismo coche donde comías, el mismo coche donde los muchachos con acné pagaban por verte vestida. Qué triste esperanza nos queda cuando nadie ha vuelto a reconocerte, ni siquiera esposada, mi Lisa Ann.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: