Los cuerpos oscuros descienden de la bóveda sin el dogal de acero.
Los perros duermen en el interior de los círculos. Un circo es la
perfecta metáfora de la vida, de la vida que comienza a perderlo todo
nada más emerger del humus. He querido besarte en la boca, pero te has
negado, porque aún me recuerdas abrazando la jaula, recogiendo las
últimas migajas de los pájaros que los niños envenenaron con esporas de
cianuro. Soy el pasajero que, antes de arder espontáneamente, sopla el
polvo de las madres que hibernan bajo la ceniza de las tormentas
solares.
Era
mi mundo, Jessica, el mundo del que no podía deshacerme, una
improvisada manera de soportar la existencia del dios que me clava su
rodilla en el cuello para que siempre tenga ganas de desaparecer. Los
cuerpos sin luz descienden de la bóveda y hoy, a esta hora, ha muerto el
payaso triste en un quirófano.
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