Hay grupos que son increíbles. Sencillamente increíbles. A moon shaped pool vuelve a reconciliarnos con la vida. Es lo que define mi relación con este grupo. Me reconcilia con la vida. Me sumerge en esa serenidad inquieta que tiene el hecho de mirar a la existencia, a mi existencia, como un milagro que no volverá a repetirse.
Lo bueno de Radiohead es que es auténtico y que todos sus discos son un género literario. Van más allá de la música porque su genialidad es visual y lírica. Este trabajo de 2016 no renuncia al espíritu de Radiohead, a su fascinación por la atonalidad, a su virtuosismo de guitarras y teclado, a los coros, a las disonancias de su cantante emblemático, a esa sensación continua de improvisación, pero que, según pasan los minutos, descubres que no existe.
Todo eso es Radiohead, y esa balada final que te vacía completamente: True Love waits. El disco merece la pena solo por esa canción final, y por el inicio trepidante de Burn The Witch.
A veces, es necesario confiar en un clásico para reconciliarte con este mundo de mierda.
Si te tiran una zapatilla. ....puede haber olvido y reconciliacion? ?
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