Comienza Cold little Heart y reconozco ese rasgo propio y auténtico que tienen los artistas que
tienen cosas que aportar a la música contemporánea. Hay soul, mucho, y esa esencia de pop matizado con algo de country y de blues. Me gustan los músicos que revisan a los clásicos para luego aportar lo suyo. Los estilos son difusos, pero la voz de Kiwanuka es de esas voces que enseguida calan, que te elevan o que te hunden en una melancólica visión de las cosas.
Lo bueno de Kiwanuka es que su trabajo es heterodoxo, urbano y tribal. Al mismo tiempo es individual y coral para crear un efecto hipnótico en unas letras de fuerte lirismo.
Esa combinación de tersura y gravedad en temas como Father´s child o ´ll never love hacen que este disco te meta de lleno en esos paisajes urbanos donde fluyen las pequeñas historias, la intrahistoria de una América que habla sobre los vivos y los muertos, sobre los recuerdos rotos, sobre la sed de esperanza para sobrevivir.
Un descubrimiento este Kiwanuka que emociona desde la vibrante expresión de una voz curiosamente inédita.
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