Los perros no han muerto. Nunca han muerto los perros que gemían antes de ser sumergidos. El hombre de gorro azul regentaba una fábrica de muebles y después de dedicó a disparar a las orcas. Una luz tenue se filtra en el ojo del huracán. Los brazos se rinden y los árboles arden incansables.
Frankenweenie |
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