jueves, 4 de diciembre de 2014

Sinfonía inacabada para nombrar el mundo

Mi reseña en Mundiario sobre La décima sinfonía, de Gustav Mahler.


   Es esa indefinición de la décima sinfonía lo que nos sugiere tanto. Mahler murió habiendo dejado algunos esbozos, una esquemática interpretación del sentimiento, de ese mundo que predice el antisemitismo y las tragedias de las dos guerras que asolarían Europa.

   Quien escucha cada uno de sus movimientos identifica al compositor, su pesimismo congénito, esa concepción tragicómica de su propia existencia, la perpetuidad del sonido como una resonancia que nos identifica con el cosmos; el mayor logro de Beethoven fue heredado por Mahler. Pese a la desesperación que nos envuelve, subyace ese vitalismo lleno de luz en su Adagio, una epifanía sobre la belleza misma de cuanto nos rodea, una belleza que no deja de ser una interpretación idealista, irreal, de la materia, del dolor.

   La inutilidad de esa escritura, de su música, su glacial descripción cuando, incapaz de expresar cuanto es visible, puede todavía fundirse con la realidad que denota. Su música es la consideración de una impotencia; pues abrazar todo con la música es imposible. Pero, en esa imposibilidad, está la sugerencia, un intento que puede llegar a conformarnos. Porque su música nos embarga, su incompleta totalidad está ahí y sabemos que Mahler asigna a su sinfonía de esa completitud que caracterizaba a Bruckner y a Wagner.

   Sus composiciones están formadas por toda clase de matices. Porque quiere atrapar el espacio y superar la frustración de no saber comprender el sentido de la vida. En su música siempre hay esa sensación de búsqueda, de reflexión continua sobre las posibilidades de la técnica con el fin de intentar acercarse a esa partícula única, indivisible y total donde se genera todo.

  Y la décima sinfonía, por su inacabada estructura, aún parece más acertada en ese propósito de comprender todo, pues todo no se puede y en ese reducto de cenizas, con el que Mahler se despide, está la intención, el camino. Entiendo que Bruno Walter se negara a reinterpretar los apuntes de su maestro.

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