domingo, 21 de diciembre de 2014

Poema II

Las márgenes del cieno conservan su escoria.
No soy digno de que entres en mi casa
pero convocas pájaros migratorios.
Ascienden los tordos entre los vapores
que exhalan tarquines desde la víspera.
Una palabra tuya bastará para sanarme.
El barro nunca es la vida.

Fotografía de Josh Wool.

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