Queda la máscara, la máscara del atentado. Nunca muere la serpiente de las siete cabezas, pero los hijos fueron degollados antes de que el viento cambiara de dirección. Me has cogido de la mano y el dolor era inexistente. Las olas atrapan a los últimos hombres que desembarcaron lejos de los proyectiles. No cierres los ojos, contempla qué desgracia nos aguarda si permanecemos ante las brasas sagradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: