Comentaba Coppola que echaba de menos en el cine la espontaneidad que los actores necesitan para ser personajes vivos, en acción. La propia naturaleza del cine había frenado ese milagro del teatro. Con Miles in Berlin sucede algo parecido. Al no ser un disco de estudio, parece que el músico se muestra más que nunca, se muestra con sus luces y sus sombras, con una espontaneidad que arranca de lo luminoso de Milestones a esa melancólica sombra de Stella by Starlight.
Hay mesura y elegancia en la atmósfera, y se experimenta nuevamente esa actitud vanguardista que significa la interpretación de Davis, como si nadie pudiera seguirlo, como si la trompeta no existiera como tal, sino que solamente existiera un sonido que va más allá del instrumento, del cuerpo. Temas románticos, rotos, con finales atonales, manejando la dilatación del tiempo como le place, lo convierten en otro de los discos imprescindibles. Sony lo editó en 2005 para Estados Unidos, cuando estaba pensada su comercialización tan solo para Europa.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: