Me cuenta un amigo librero que ha llegado a la conclusión que, para escribir una buena novela en este siglo,no hace falta escribir mil páginas. Y estoy de acuerdo. Cuando Marguerite Duras se adentra en la prosa consigue que la síntesis sea el recurso que inspira un ejercicio narrativo intenso donde las acciones y las descripciones se dilatan en el tiempo.
Motivos como el amor, la prostitución de ese sentimiento, la violencia, el fracaso de las relaciones, su ocultamiento se combinan con una estética pictórica en la que los matices se imponen a largas secuencias narrativas. Marguerite Duras tiene esa habilidad para seducirnos con la atmósfera, con lo intangible y con un idealismo de las figuras que retrata, sin embargo, los problemas terrenales. Lo telúrico, lo carnal y el colorismo se combinan con esa percepción sensorial donde todo resulta límpido y evidente como en El amante.Los ojos azules pelo negro, publicado en Tusquets, es un poema largo que sustituye a una novela en potencia, donde la elipsis es más importante que lo dicho, un lienzo oriental que invita a reflexionar sobre la dureza del amor vivido en la soledad.
"Ella tiene miedo. Lo ha visto muerto. No quiere volver a la habitación. Él se acerca a ella, espera. La deja llorar como si él no fuera la causa de su llanto." (pág. 110).
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