Conversando con John Berger, el mar se ha hundido en la oscuridad. Los matices eran ya insignificantes. Hemos sorbido de la misma taza. Nadie ha tocado a la puerta. Me ha enseñado algunas fotos. Eran hombres grises sobre un paisaje limpio. Los vegetales en los platos parecían un nutrido bodegón. Berger no sabe qué descifrar más de este universo. Las luces exploran el mundo de los vidrios y las maderas. He respondido que la cayena no amarga nunca el pollo con curry. Las telas han rozado el suelo y una mujer se ha agitado al fondo del pasillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: