domingo, 13 de marzo de 2016

Yo no he sido

  Amanece después de que las acacias hayan desaparecido de nuestra visión. Las acacias son ídolos que vibran en el espejismo. No creas que tengo fe en esta realidad que la luz me impone. Sospecho de sus sombras, de sus dilatantes sombras. Yo no he sido el resto de esa voz que ahora escribe compulsivamente para que otros hombres adviertan el engaño. Recoge tus mantas, apaga el fuego, admira el ídolo, consume el tiempo que te queda. Luego, no camines hasta aquí, hasta donde los cuerpos permanecen callados como los ausentes.


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