Tu nombre es mujer-lobo-rosa-tímpano. Nada más. Palabras que nos consumen y nos obligan a extraditarte a este país de cielo en cieno. Eres bella e inmortal como esa enfermedad invisible que me obliga a escribir pareados y cartas de amor a unas cheerladers que agonizan con Coca Cola Light y helados de leche en polvo. Te quiero, lejos y amante de la oquedad que aún no heexplorado por temor a las arañas y a los pulpos.
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