martes, 11 de noviembre de 2014

Ninfomaniac y acción directa

Locos que bajan del vecindario incendiado



    He visto cómo endurecían sus nudillos contra la pared gris. La sal blanca recorre las líneas que tanto os estremecen. Aún existe el lugar que tanto daño nos hizo. He visto cómo cocinaban órganos y otros utensilios que no les pertenecían. Eran las mismas mujeres con máscaras de gas y uniforme de enfermera que convivían en el quinto piso y disfrutaban con el odio y sus propias operaciones quirúrgicas. Las maderas que flotan en las aguas cerca del arroyo han sido incendiadas. Mi mundo, como el tuyo, pertenece a las visiones. Tengo miedo de volver a visitar a esas señoritas de albura. Han colocado un cartel en la puerta de su casa. Reza Nifomaniacs. Los leopardos aguardan en el rellano y unos hombres que fuman mientras se embozan en su humo denso y calorífico. He visto cómo aplacaban su sed de sangre bebiendo el suero que mana de las paredes. No hay más poesía que esos cuerpos latiendo año tras año para esperar a los suicidas y a los felinos de la ciudad virginal. Deja que me consuman y me absorban. Que su acción directa con bisturí y espátula me lleve hasta la ínsula de los locos. Hoy, por fin, ya no me reflejo en los espejos.

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