Quedaron atrás los incendios y la devastación. Los leopardos duermen en las aceras. Deja que te acaricie por última vez mientras suena Cheek to cheek. Cojamos las flores y mojemos levemente estos labios junto al río ahora que nadie nos observa. Ven a sentarte conmigo y tal vez la escritura que tanto ansías surja de tu cuerpo con el mío. De tu boca contra mi boca, escuchamos las palabras fuego y glaciar. Y seguimos vivas. Y es cierto. Ya no te quiero como en aquel sueño donde la hojarasca del fresno nos hundía hasta el tuétano de la tierra.
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