Pero no lo es,
ni siquiera ese esfuerzo
por el que ahora crees que alguien
morirá. Nadie morirá
por culpa tuya. Es el viento,
solo ese viento y el trigo
por el que te abres paso,
como si una cortina de fuego
quisiera extinguirte.
Muy bueno, me recordó el tema, a un relato que hice hace varios años atrás. Felicitaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme, de verdad. Espero seguir aportando.
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