Entrevista sobre mi escritura

"Escribir es una forma de sobrevivir al temor y a la fragilidad de la vida"

Entrevista | Fuente: laverdad.es

    Manuel García es un oriolano Doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia y licenciado en Antropología Social y Cultural por la UNED. Obtuvo el Premio Nacional Fin de Carrera y Premio Nacional de Educación Universitaria, en 2000; también es premio nacional de creación joven de poesía de Murcia en 1998. Sus críticas literarias se publican en varias revistas nacionales. Tiene varias novelas y poemarios publicados y diversos artículos antropológicos. Acaba de salir a la calle su última novela, 'Rostros de tiza'.

- ¿Qué es para usted lo más difícil de escribir?

    La obsesión, el desasosiego. El problema de la escritura es sentirse continuamente insatisfecho con lo que estás creando y ese afán de recuperar lo que dice el lenguaje a través de las palabras, aunque las palabras son limitadas. Uno piensa transmitir sentimientos pero en definitiva lo que tiene son símbolos, y encontrar esa comunicación entre lo que quieres transmitir y la limitación de los símbolos es lo difícil del lenguaje, pero a su vez es lo que seduce. En definitiva, se trata de superar la inefabilidad.

- ¿Qué quiere decir con superar la inefabilidad?

    Darle nombre a aquello que no tiene la palabra; 'luna' es hermosa pero nunca podrá reflejar todos los matices que experimentas cuando la ves. Es un planteamiento místico de la escritura.

- ¿Es cierto que todos los escritores tienen un 'tic'?

    La verdad es que sí tenemos un cierto ritual a la hora de escribir. Hay un escritor americano que me gusta mucho, Casmac McCasthy, que dice que la novela viene a tu cabeza, el poema, la descripción y no te puedes sorprender de esa novela. Y el rito, la obsesión comienza cuando tienes que verbalizarlo, entonces ya no sabes si la escritura es una bendición o una maldición, o las dos cosas.

- ¿Sirve para algo ser escritor?

    No, al final lo que sucede es que para mí es una forma de sobrevivir al temor y a la fragilidad de la vida. Cuando vives cosas fuertes a tu lado como la muerte temprana de tu padre o un hijo, o suceden problemas, te das cuenta que al final no somos nada y la vida se tuerce y es irreemplazable. Te ayuda a vivir la vida intensamente en el sentido romántico, de pasión. Si eso lo puedes comunicar y transmitir, la escritura entonces es válida para otros, pero nunca es comparable al dolor, al daño y la muerte, con toda su crudeza.

- ¿En qué género expresa mejor los sentimientos de un escritor?

    Los géneros son diferentes; la poesía te permite mayor amplitud, un significado más trascendental, una reflexión más relacionada con el sentimiento inefable; y la novela, que es el otro género en el que también escribo, me permite una reflexión mística del hombre y sus problemas, no quiere decir que sea una reflexión moral sino que la novela debe contar acontecimientos que pongan en crisis planteamientos como el bien y el mal, el dualismo entre lo bueno y lo malo.

- ¿Qué es necesario para ser crítico literario?

    Precisamente una formación que no sea exclusivamente literaria, sino de música, escultura, pintura, fotografía, etcétera, porque el error de la crítica en prensa es la subjetividad. El crítico debe argumentar, justificar los mecanismos y estructuras que hacen atractivo al texto y eso a veces exige ir mucho más allá del lector y del propio escritor; el músico Miles Davis decía a los miembros de su banda "toca aquello que no conoces"; es decir, para escribir aunque sea un ensayo sobre otra obra tienes que conocer en profundidad todas las artes y entonces tu opinión hará que la crítica sea también creativa.

- ¿Se deja llevar mucho el lector por el crítico?

    Actualmente con la presión mediática que existe el crítico por desgracia se convierte en un agente oficial de las multinacionales y sus juicios son en muchas ocasiones manipuladoras y subjetivas.