Foto de Jason Eskenezi. |
No va a cambiar nada. A veces, el viento obliga a que el círculo gire en el mismo sentido. He aprendido a permanecer en la soledad de este cuarto durante demasiados años. La oscuridad es la escritura definitiva, el hielo sepultado bajo las capas de broza y sedimentos. La noche se cierne siempre sobre la hoja en blanco y, sin ser consciente de esa plenitud, los glaciares avanzan cuando el signo es trazado una y otra vez.
¿Qué queda tras la palabra escrita? Queda la sensación continua de fracaso porque la realidad es inagotable, pero también queda la necesidad de resistir a esa enfermedad. Los pájaros, como otras tantas cosas elementales, son la mera vibración que irrumpe por unos segundos en ese significado escrito,que a su propia muerte conduce. Creo en la rudeza de los caminos que no llevan a ninguna parte y en el vuelo del mirlo, cuyo canto alcanza otros ecos indescifrables por mí. No preguntéis qué razones me mueven a seguir escribiendo, solamente una paradoja: la dicha de estar condenado. Leo unos versos del poeta Miguel Veyrat: "No escaparás ya precedido por tu sombra o por ella perseguido - en procelosa urgencia hasta el ocaso".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: