Te falta altura para ser ella. Pero lo intentas una y otra vez y, leyendo mis ojos, dejas claro que estás destinado a vivir plenamente. Prefieres vivir en los recuerdos, sometidos a la imposición de ese diablo que juega con Descartes. No me temas, no me temas, pero los perros esperan en la puerta de la clarividencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu Opinión es Importante, Deja Tu Comentario: