En breve el cineasta Pablo Riquelme estrenará su nuevo cortometraje Dead Flowers, una cinta inspirada en el tema del doble y el otro como motivo literario para desarrollar el argumento. El corto manifiesta una madurez técnica significativa y es una aproximación rigurosa a lo que podrán ser otros trabajos de mayor metraje.
Dead Flowers destaca por la belleza siniestra de su composición escénica; una recelosa y asfixiante armonía de objetos y detalles cromáticos en el interior de una casa consolida esa tendencia hitchcockiana que nutre el corto. El talento de Pablo Riquelme, en este caso, reside en que, sin deshacerse de tópicos recurrentes en el cine americano, todo parece nuevo, una declaración de principios en los que el director siempre está dispuesto a profundizar desde el punto de vista técnico y temático como ha hecho en anteriores trabajos.
La dirección de los actores es seria y, aunque en ocasiones hay forzadas maneras de dejarnos clara la delicadeza y dificultad de la planificación escogida, todo fluye. Las secuencias y las neurosis que contienen respetan las virtudes del género. Me gusta que haya recurrido al tema del doble, pero sin caer en el maniqueísmo de los espectros o de misterios de ultratumba. Hay un argumento sencillo, con la justa ambigüedad para hacerlo creíble. El pasado regresa para que el presente nunca cambie, pese a lo que suceda en el interior de la casa entre el protagonista y un hermano.
Los objetos cobran un valor simbólico que particularmente me parece atrayente y hermosamente turbador, y que ayuda a entender lo trágico, lo fatal, que ocultan algunas relaciones humanas. Dead Flowers es un paso importante es la consumación de Pablo Riquelme como un creador interesante y que puede decir cosas importantes dentro de un arte donde no es fácil destacar. Esperemos que este corto sea la escuela de proyectos de mayor envergadura. Por ahora, solamente puedo decir que nuestro director ha combinado inteligentemente forma y contenido con intención literaria y estética, y que este trabajo merece la pena. Mucho.
Enhorabuena, Pablo.
Pablo Riquelme es un director ya exitoso y sobre todo joven. Tiene una carrera por delante bastante prometedora. Felicidades y que siga así.
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